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La economía se sigue mostrando muy resiliente pero hay que vigilar al consumidor

En los últimos tiempos, en los que intentamos establecer cómo será la evolución económica y de los mercados financieros en los próximos meses, nos encontramos ante un grado inusualmente elevado de incertidumbre, causado por multitud de shocks que, como veíamos en el anterior mensual, no se habían producido en muchas décadas.

Existe una antigua parábola de origen indio, en la que un grupo de ciegos analizaba un elefante, y en función de la parte del mismo que tocaran, pensaban que era un ser diferente: si tocaban la trompa pensaban que era una serpiente, si una pata, el tronco de un árbol y así respectivamente.

Algo así sucede al estudiar la economía americana, en la que hay datos que apuntan en una dirección, y otros datos en la contraria. Sigue existiendo en la economía americana una gran diferencia entre la situación actual del consumidor y sus expectativas. Los hogares americanos están disfrutando, por un lado, de la tasa de desempleo más baja de las últimas décadas, con subidas salariales, y por otro, los mayores repuntes de inflación desde los años 70. Los precios de las viviendas, por ejemplo, han subido a ritmos del 20% durante el último año, pero también los costes hipotecarios han pasado del 3% a niveles por encima del 5%. El precio de la gasolina, durante el 2021 estuvo de media en 3,3 $/Galón y ahora está repuntando por encima de 5 $. El ahorro acumulado durante la época del Covid-19, entre otras cosas, gracias a los cheques entregados por el gobierno, está evitando una mayor contracción del consumo, pero es evidente que parte del dinero que se esperaba gastar en bienes y servicios en el futuro, está siendo arañado hoy por la inflación.

De hecho, durante el mes de mayo, las caídas de estimaciones de beneficios de dos cadenas de tiendas: Walmart y Target, produjeron un pequeño pánico entre los inversores. Si como decimos, hay que vigilar al consumidor, es importante seguir a las compañías de consumo básico: Walmart perdió un 11% en uno de los peores días de cotización desde 1987. Peor suerte corrió Target al día siguiente, que cedió un casi un 25% el día de su presentación de resultados. Afortunadamente, otras compañías del sector publicaron después sin incidencias, y de momento, estas caídas se consideran hechos aislados, por problemas de gestión de inventarios y no porque el consumidor haya renunciado a ir de compras. En general, las estimaciones de beneficios empresariales siguen al alza, tanto para este año como para el próximo y, a pesar de todos estos sustos, no se han revisado a la baja.

Mientras tanto, la Reserva Federal sólo ha subido los tipos un 1% y ya está causando el endurecimiento de las condiciones financieras. Antes del verano llevará los tipos al 2% y después es posible que reduzca el ritmo tan rápido de subidas de tipos. Todo depende de la evolución de la economía y sobre todo de la inflación. El Banco Central Europeo por su parte subirá tipos el próximo mes, algo que ya está muy descontado por el mercado de renta fija europeo. Aquí las condiciones financieras comienzan a endurecerse para los agentes económicos más endeudados: los gobiernos, sobre todo los periféricos, que disfrutaban de financiación muy barata con los tipos negativos, y que ahora comienzan a necesitar ofrecer tipos por encima del 2% en el caso español o por encima del 3% en el caso italiano, así que es de esperar algún guiño por parte de Lagarde a la periferia. En cualquier caso, es menos probable una nueva expansión fiscal en estos momentos.

Por último, con todos estos vientos desfavorables, la palabra recesión ha comenzado a flotar en el ambiente, quizá prematuramente, habida cuenta que la economía se sigue mostrando muy resiliente, pero dejando un poso de incertidumbre de cara al futuro.

Las caídas bursátiles en los últimos meses las entendemos como caídas producidas por una corrección de valoraciones, por alza de tipos, y no por miedos de recesión.

Seguimos pensando, por tanto, que los días de mayores caídas son oportunidades de compra, la zona del 3.800 del S&P 500 un soporte importante a vigilar y que seguiremos viendo volatilidad en el mercado, que intentaremos aprovechar, conscientes que un posible escenario recesivo futuro, podría aún traernos más complicaciones.