- 17/01/2022
- By welzia
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2022, un año de crecimiento económico por encima de la media
Después de un final de año bastante accidentado, solo queda rehacer los listados de propósitos para el año 2022 y volver a incluir el retorno a la normalidad como uno de los puntos clave del año.
Cerramos el año 2021, con un cierto grado de intranquilidad personal por culpa de la explosión de contagios de Ómicron en todo el mundo, pero con las bolsas firmes al timón, marcando el ritmo, y dejando un cierre de período muy positivo. Si nos fijamos en el índice americano Standard & Poor’s 500, termina el año con una rentabilidad por encima del 26%, en un año en el que se alcanzaron 70 máximos históricos, con apenas recortes en el año (la mayor caída en el período fue del 5,2%). Las bolsas europeas tampoco se quedan cortas y se apuntan rentabilidades por encima del 20%, con la excepción del Ibex 35, farolillo rojo de los selectivos europeos, que tan solo sube un 7,92% en el año, muy lejos de los índices agregados como el Eurostoxx 50 (+21%) o del Stoxx 600 (+22,24%).
Y si los países desarrollados, empujados por los buenos resultados empresariales, han cosechado un año de rentabilidades excelentes, no se puede decir lo mismo de las bolsas de los países emergentes, que han sufrido durante el año la fortaleza del dólar, el incremento de inflación y subidas de tipos, de manera que el índice que los engloba, el MSCI Emerging Markets, termina el año con un resultado de -4,58%. Esta disparidad de retornos, es una de las más llamativas de los últimos años e invita a pensar en una futura posible convergencia entre los mismos; la diversificación, en este caso, no ha servido este año en las carteras.
Los bonos, por otra parte, han terminado el mes de diciembre con fragilidad, de nuevo con caídas en precio, subidas en rentabilidad, en un año en el que la yield del treasury ha ido moviéndose entre el 1,75 y el 1,20 (termina en 1,50). La realidad es que no se ha producido un movimiento tan fuerte como se esperaba, habida cuenta del incremento de la inflación en estos meses, e incluso las curvas se han ido aplanando desde el mes de marzo, de forma bastante contraintuitiva. Pero la presión sigue ahí, los bancos centrales ya han tomado nota de las subidas de precios y se espera que la Fed marque el pistoletazo de salida en la segunda mitad del año. Cristine Lagarde, por su parte, sigue enrocada en el mensaje de que la inflación es temporal, alejando la posibilidad de una actuación por parte del BCE. Una de las posibles sorpresas del año, sería que, al igual que Powell, se viera presionada para abandonar la política de tipos negativos, algo que, por cierto, instauró Mario Draghi en 2014, en un momento de presiones deflacionistas, claramente diferente a la situación actual, en el que nos movemos con tasas de inflación entre el 4% y el 7% en USA y entre el 2,6% y el 5% en Europa. De ser así, de verse forzada a cambiar el paso de la política monetaria laxa, podríamos ver una mayor fortaleza del euro y, sin duda, mayor volatilidad en las curvas de bonos europeas.
Ligado a este tema, llama la atención, en un contexto de tipos reales negativos y elevada inflación, que el oro haya perdido terreno en 2021, cerrando en 1800 $/onza. A vigilar, si los tipos reales se normalizan, con algún repunte del tipo nominal del bono americano, porque podrían seguir perdiendo terreno.
Por último, y no menos importante, las previsiones económicas siguen indicando que este año volveremos a disfrutar de un crecimiento por encima de la media, sigue existiendo mucho ahorro acumulado y demanda insatisfecha, sobre todo en el sector servicios y en los próximos meses, se irá filtrando a la economía los impulsos fiscales del “Next Generation EU” y del plan de infraestructuras de Joe Biden. El empleo se está recuperando, y aunque sigamos lejos de los niveles anteriores al Covid-19, la situación económica parece que puede continuar dando alegrías durante los próximos meses. A la espera, eso sí, de conocer la evolución de la crisis inmobiliaria China y pensando en que los incrementos de costes y los cuellos de botella se moderen en los próximos meses.