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Subida de tipos de interés histórica en el BCE

El Banco Central Europeo ha dado a conocer la segunda subida de tipos, en este caso la decisión adoptada ha sido una subida sin precedentes de 75 puntos básicos como mecanismo de control de la presión inflacionista, tras conocerse el último dato de inflación de la zona euro que subía hasta el máximo histórico de 9,1% respecto al año anterior en agosto.

Sin embargo, es uno de los bancos centrales desarrollados que más ha tardado en iniciar el ciclo de subidas tipos, yendo muy por detrás de la Reserva Federal. Esta divergencia entre políticas monetarias ha provocado, entre otras cosas, una debilidad añadida en el euro, que aunque años atrás nos beneficiaba para dinamizar nuestra industria exportadora y de turismo, hoy en día provoca un agujero añadido en las balanzas comerciales debido al incremento del coste de importación de materias primas y energía.

El Banco Central Europeo responde a la presión inflacionista con una subida histórica de 75 puntos básicos.

 

A pesar de que la subida ya estaba descontada, la reacción del mercado de renta variable europeo ante esta decisión ha sido negativa, las bolsas caen un poco, por el mensaje negativo sobre la economía, el euro está plano y los bonos caen en precio, suben en yield. En menos de un año, el Bund alemán a 10 años ha pasado de cotizar en -0,50% a alcanzar una rentabilidad del +1,70%. Si nos fijamos en el retorno de un tenedor de un bono alemán a 2031, esto supone una caída cercana al 15% en precio. Según Inverco, la categoría de fondos de renta fija euro de largo plazo, arrastraba el pasado mes de julio una caída del -4,39%.

Del mismo modo, los niveles del Euribor a 12 meses, referencia hipotecaria por naturaleza, pasan del terreno negativo en el -0,50% en diciembre a subir hasta el 1,90% tras esta última reunión del Banco Central Europeo, algo que pesará en la renta disponible del consumidor europeo, añadiendo a las hipotecas a tipo variable un buen latigazo (se estiman subidas en las cuotas de entre 1.000 y 1.500 euros al año), un viento en contra del consumidor que se suma al incremento de los costes energéticos; gas y luz, sobre los que, por otra parte, el BCE no tiene poder de fijación ninguno.

Subidas de tipos del BCE en 2022

 

El principio del primer ciclo de subidas de tipos sostenido en más de 15 años tuvo inicio el pasado mes de julio, tras una subida de 50 puntos básicos, y a la de septiembre le seguirán, como mínimo, otras dos subidas hasta que finalice el año 2022. Nuestra expectativa es una subida de tipos en octubre de 50 pb y 25 pb en diciembre con lo que a cierre de año la tasa de depósito podría alcanzar el 1,5%, lo que se considera un nivel neutral. A pesar de que tal y como han remarcado desde el BCE, la toma de decisiones dependerá de la evolución de los datos y seguirán un enfoque en el que las decisiones se adoptarán en cada reunión. Sin embargo, si la debilidad económica se acentúa, en los próximos meses el principal organismo monetario europeo se verá enfrentado a la disyuntiva de seguir subiendo tipos ante una posible recesión. La clave estará en la moderación de la inflación ante la disminución de la demanda ya que, sin una caída clara de la inflación, no parece que vayamos a tener una relajación monetaria.

Desde nuestro punto de vista, el ritmo y magnitud de subida de tipos adoptado por parte del Banco Central Europeo está siendo inefectiva para controlar una inflación que ronda el doble dígito, y a pesar de que las expectativas de inflación a largo plazo se han estabilizado, sigue muy por encima de su nivel objetivo. Es cierto que los bancos centrales pueden presionar en cierta manera a la demanda agregada de bienes y servicios mediante el control de tipos de interés, pero el lado de la oferta no se vería afectado por las políticas monetarias y seguirá tensionada si no se toman otro tipo de medidas. Mientras el conflicto de Rusia y Ucrania persista y las dudas sobre los posibles cortes del gas ruso sigan sobre la mesa, la inflación seguirá siendo elevada.

Difícil papeleta para Christine Lagarde que, como vemos, en su toma de decisiones tendrá que lidiar con demasiados intereses encontrados en muy pocos meses, primando el control de la inflación al crecimiento económico, especialmente tras haber permanecido fuera de juego durante demasiado tiempo. El actual reto será asegurar que los tipos de interés se mantengan en niveles que sean consistentes con el nivel de política deseado por el BCE dado el actual entorno de entorno de exceso de liquidez. Los inversores seguirán atentos a cualquier dato macroeconómico que anticipe que la normalización monetaria podría tomarse un descanso en diciembre hasta ver si efectivamente el PIB del 2Q22 y 1Q23 se ponen en negativo y nos adentramos en una recesión.

 

* Artículo completo en Cinco Días.