- 08/09/2021
- By welzia
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¿Seguirá el optimismo en los mercados de valores?
Es la resistencia que opone la materia al modificar su estado de movimiento, incluyendo cambios en la velocidad o en la dirección del movimiento.
Inercia es lo que parece que tienen las bolsas durante los últimos meses o, al menos, el índice S&P 500 que continúa imparable, máximo tras máximo (y van 53) dejándonos un verano bastante tranquilo, llevando el índice en volandas a superar los 4.500 puntos por primera vez en la historia, dejando una rentabilidad acumulada por encima del 20%, algo que en términos históricos es poco frecuente y hace que estemos disfrutando del sexto mejor año de la historia del índice americano a estas alturas.
No muy lejos se quedan las bolsas europeas, que acumulan en el año una rentabilidad similar, aunque con un perfil de volatilidad algo más intenso. Les cuesta más recuperarse de los distintos amagos de caída que se han ido produciendo en torno a los días 16-18 de los últimos meses. Un patrón cíclico que se lleva produciendo en los últimos meses, pero que no produce más que un par de días de caída.
Sin embargo, no todo es vino y rosas en los mercados bursátiles. En las últimas semanas, y quizá agudizado por el efecto de menores volúmenes, las bolsas asiáticas han sufrido una severa corrección, por culpa de las presiones del gobierno chino, que sigue mostrando su disposición a que la economía de mercado no se le vaya de las manos. El primer aviso fue la caída en desgracia de Jack Ma, dueño de Alibaba con la salida a bolsa frustrada de Ant Group, luego durante el verano, la conversión de empresas de enseñanza online a compañías sin ánimo de lucro, y posteriormente, regulación de sueldos de directivos u horas permitidas para jugar a videojuegos. Desde Welzia Management, entendemos que la mano aprieta, pero no ahoga y puede que existan oportunidades de inversión tras estas últimas caídas, sobre todo en pequeñas y medianas empresas, que están más lejos del escrutinio del gobierno chino.
Aunque, dado nuestro perfil de inversión, el verdadero riesgo está en que, el incremento de la regulación, o el impositivo, se dirija hacia las compañías americanas, que han tenido un excelente segundo trimestre en cuanto a resultados, batiendo todas las estimaciones. Por lo que esas subidas bursátiles, que comentábamos previamente, se fundamentan en una base sólida de crecimiento económico y empresarial.
Pero analicemos ahora el futuro cercano… La situación económica es tan boyante, que ha mejorado el empleo y ha disparado la inflación; no hay muchas más excusas para mantener las medidas de emergencia monetarias, así que la FED comenzará a reducir las compras de activos en los próximos meses.
El crecimiento va a seguir siendo superior al tendencial, aunque parece que el ritmo no puede seguir siendo tan alto. Comenzamos a ver caídas en algunos indicadores, como los índices PMI, que encajan varios meses de caída paulatina. La variante Delta y la respuesta de algunos países asiáticos comienzan a erosionar el crecimiento en algunos de aquellos países. Nos acercamos al otoño/invierno occidental donde tiene que confirmarse la efectividad de las vacunas.
Nada de esto parece hacer dudar a los índices, que siguen descontando un crecimiento de beneficios récord para los próximos trimestres. La inercia, sigue provocando un movimiento rectilíneo, uniforme y motivando subidas de estimaciones de los analistas que ya ven los 5.000 puntos como objetivo factible para el 2022. Sinceramente, nos cuesta ver que esto se produzca sin una pausa. Las valoraciones siguen indicando que hay que estar muy pendientes del mercado, la corriente es muy fuerte y no hay que soltar las manos del timón.