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El fantasma de la estanflación

La estanflación se caracteriza por un estancamiento económico combinado con una importante alza de precios, una situación recesiva, que aumenta el desempleo y empeora la capacidad adquisitiva de la renta disponible.

En el escenario actual, el alza de los precios ya era un problema que venía registrándose durante todo el año pasado, con incrementos no vistos en varias décadas, que ha llevado a las tasas de inflación a alcanzar niveles del 7,5% en Estados Unidos y del 5,8% en Europa. Los orígenes de estos incrementos pueden deberse a las irrupciones de cadenas de suministros originadas por el Covid-19, unidas a una expansión fiscal sin parangón, producida para mantener las economías a flote en lo peor de la crisis de 2020.

Esta situación, (que era previsible fuera revirtiéndose poco a poco ya que, por efectos base, lo más probable era que la comparativa año contra año fuera reduciéndose) se ve agravada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, dado el papel de este último en la exportación de gas y petróleo a nivel mundial, y a Europa en particular. Con el petróleo en 130 dólares/barril y con los costes eléctricos disparados en gran parte de Europa, es difícil ver a corto plazo cómo se puede reducir la inflación.

Por la parte macroeconómica, el efecto de la crisis ucraniana deja una gran incertidumbre en cuanto a cómo afectará al consumo y a la inversión. El peso del PIB ruso a nivel mundial es pequeño, pero muchos economistas estiman que se produzca una reducción del crecimiento entre un -0,50% y un -1,50%, en un año en el que se esperaba un crecimiento por encima de tendencia en Europa. Esto producirá un freno en las expectativas, que son las que provocan que se hable de estancamiento e inflación.

El ejemplo típico de estanflación se produjo en los años 70 donde, otra crisis del petróleo, en este caso provocada por la OPEC, forzó un fuerte incremento de precios y una reducción del PIB. Aunque la situación es diferente, en el sentido que entonces, Estados Unidos era muy dependiente de la importación de petróleo, mientras que ahora, gracias al fracking ha llegado a ser incluso exportador neto. Y, por citar otro dato importante, en los años 70, el peso de la renta disponible que se destinaba a necesidades energéticas era del 8% mientras que ahora ronda el 3%.

En un escenario de estanflación es fundamental saber identificar aquellas compañías que tienen un mayor poder de fijación de precios, ya que podrán repercutir en sus ventas la subida de la inflación. También es interesante seguir la evolución de los precios de las materias primas y de sus productores, mineras y compañías de petróleo, oro, y otros productos como algunos fondos de bonos ligados a inflación. Siendo conscientes que, a día de hoy, tienen puesto en precio algunos de los escenarios más agresivos, y podrían reducir su valor si la crisis entre Rusia y Ucrania tuviera un final cercano, lo que produciría un “rally” en otras posiciones, como la de bancos europeos.

Cuanto más tiempo dure el conflicto, mayor riesgo existirá de que se produzca este escenario de estanflación, por eso, desde Welzia Management, mostramos un posicionamiento cauto para las carteras más defensivas de nuestros clientes, mientras no veamos signos de moderación de la inflación.

 

* Artículo completo en El Economista.