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¿Deben asustarnos ahora los CoCos?

En el momento de escribir estas líneas, habrán pasado ya casi siete años desde que el Banco Central Europeo introdujera su esquema de tipos negativos por vez primera (junio de 2014). Esta situación, que para muchos parecía transitoria, parece consolidarse; no se ven indicios de cambio en un futuro cercano. Salvo un repunte de la inflación, consistente y permanente, difícilmente veremos alzas de tipos en los próximos años y, más aun, teniendo en cuenta la necesidad de los gobiernos de financiar los altos niveles de deuda, causados por la pandemia, a tipos lo más bajos posibles.

Esta represión financiera, sigue empujando a la baja los tipos de los activos de renta fija, y obligando a los inversores a buscar nichos y activos que ofrezcan algo más de “carry” a medio plazo. Una buena muestra de ello la tenemos en el índice agregado de High Yield americano que, por primera vez en la historia, cotiza por debajo del 4%

Dentro del grupo de activos que ofrecen un mayor tipo (High Yield, RF emergente, Convertibles) destacamos el de los bonos contingentes convertibles (Coco’s o At1). Una categoría que ha sufrido un auténtico test en 2020, mostrando por un lado su perfil más arriesgado, con caídas cercanas al 20%-25%, acompañando al crack bursátil del Covid-19 y, por otro lado, su perfil más atractivo, el apoyo del regulador, la fortaleza de los ratios de capital de la banca actual (nada que ver con los de la gran crisis financiera de 2008) y que ha permitido obtener rentabilidades en 2020 cercanas al doble dígito.

Es, en definitiva, un activo atractivo, que actualmente ofrece yields entre el 3%-6%, en función del riesgo del emisor. Un producto para especialistas, que deben conocer y gestionar ese perfil asimétrico, con sistemas probados de control de riesgo adecuados.

 

Tribuna de opinión de Miguel Uceda, director de inversiones de Welzia publicada en la revista Funds People del mes de marzo 2021.