BLOG

ACTUALIDAD

¿Llegará la calma tras la tempestad en el sector bancario?

Así hablaban, y prevaleció la decisión funesta de mis compañeros: desataron el odre y todos los vientos se precipitaron fuera.

La Odisea, Libro X

En el mensual anterior hacíamos mención al capítulo décimo de la Odisea, donde Eolo concede a Ulises un zurrón que contiene todos los vientos, excepto el viento del oeste, para ayudarlo a llegar a Ítaca. Sin embargo, cerca de alcanzar su objetivo, la tripulación abre el zurrón, desatando una tempestad y desviando el barco de su rumbo original.

Trazábamos con ello, un paralelismo entre la situación económica actual y el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales, que siguen subiendo tipos en su lucha contra la inflación. Poco imaginábamos que, semanas después, iba a arreciar una tempestad tal, que se ha llevado por delante un par de bancos americanos y uno europeo, cada uno por circunstancias propias, pero con consecuencias similares.

En el caso de Estados Unidos, la mala regulación de la banca pequeña, unida a una mala gestión del balance y una concentración de huida de pocos, pero grandes, depositantes, lleva a la quiebra a Sillicon Valley Bank, un banco con mucha presencia en el mundo del “Venture Capital” que, aunque han salvado sus depósitos, gracias a la agilidad del Tesoro y del FDIC, verán en el futuro algo más limitado el acceso a la financiación.

En el caso de Europa, las dudas sobre un banco tensionado, como era Credit Suisse y las ganas de los reguladores de impedir cualquier tipo de contagio financiero al resto del sector, ponen en bandeja al banco centenario a su mayor rival, UBS. La forma en la que el regulador Suizo realiza la operación, eso sí, genera bastantes dudas, sobre todo en el mercado de deuda subordinada financiera convertible (Coco ó At1), que ve como no se respeta el orden de jerarquía en la asunción de pérdidas, al recibir el accionista una compensación y no el bonista, que ve como sus Cocos valen cero.

El resto de los reguladores: europeos, ingleses y canadienses, tratando de calmar a un mercado de casi 275.000 millones de euros, comunican que la situación suiza no es equiparable a la internacional, y que la regulación actual es válida y se mantiene la prelación de cobro. Tras los primeros días de tensión, parece que la llamada a la calma y los mensajes de estabilidad financiera consiguen su objetivo y los bancos comienzan a recuperar terreno sin producirse una nueva caza de brujas.

Esta tempestad, salida prácticamente de la nada (los mercados odian la incertidumbre), produce un fuerte shock en algunos puntos concretos (financieros, Cocos…), pero si nos fijamos en las bolsas en general, terminan con paso firme el mes de marzo: se pone en precio que los bancos centrales no van a poder seguir subiendo tipos con tanta fuerza, lo que anima a las valoraciones de las grandes tecnológicas y provoca caídas de yield y subidas en precio en los bonos de gobierno, que vuelven a actuar como activo refugio, recuperando la correlación negativa con las bolsas.

Sin embargo, las dudas económicas permanecen. ¿Qué consecuencias puede tener a medio plazo la crisis de la banca regional americana? En nuestra opinión, la más evidente podría ser un mayor endurecimiento financiero, por la vía del crédito bancario. En esta situación, los bancos tratarán de remunerar más sus depósitos y cuidar más los préstamos que se concedan, mirando más la solvencia del deudor y exigiendo unos diferenciales más altos.

Esto, de buena manera es lo que busca la FED; lograr contener la inflación, reducir el ritmo de crecimiento, incrementar la tasa de desempleo y evitar una espiral inflacionista salarial descontrolada. La clave será cuánto tarde en filtrase a la economía, y cuánto afectará al consumo y a los beneficios empresariales, algo que iremos conociendo en los próximos trimestres.

 

descargar Informe Mensual Abril 2023