- 11/05/2020
- By welzia
- Informes mensuales
May 2020 – Revalorización en función del riesgo
Si los desplomes bursátiles de los meses de febrero y marzo fueron extraordinarios, la revalorización del mes de abril de la bolsa americana ha sido igualmente explosiva. Con una subida del 12,68%, el S&P 500 ha tenido la mayor revalorización desde enero de 1987 (el tercer mejor registro desde la II Guerra Mundial) y ha disfrutado el mejor mes de abril desde 1938.
No puede decirse lo mismo de las acciones europeas, que han tenido un comportamiento mucho más modesto, con subidas más cercanas al 5%. Algunas bolsas, como la española o italiana, apenas si han tenido revalorizaciones en este período. De esta manera se incrementa el contraste entre índices tecnológicos como el Nasdaq, que pierde un -0,92% en el año y bolsas como el Eurostoxx 50 que se deja un -21,82% o como el farolillo rojo del Ibex 35 perdiendo un -27,51% en el acumulado del año.
Al igual que las bolsas han tenido un mes de abril brillante, otros activos de riesgo también han tenido un gran comportamiento; hablamos del crédito corporativo, en todas sus categorías: grado de inversión, bonos subordinados, bonos basura, capital bancario (AT1) que han seguido la estela alcista iniciada a finales del mes de marzo, después de que la reserva federal mostrara su disposición a comprar crédito, incluso “High Yield”. Esto ha permitido revalorizaciones cercanas al 4%-5% en algunas de las tipologías de activos mencionadas anteriormente, mayores o menores, en función de su tipología de riesgo. La excepción a la regla han sido los bonos de gobierno periféricos, que han sufrido ampliaciones anticipando los mayores déficits y las mayores emisiones de deuda necesarias para financiar dichos agujeros en las cuentas públicas de países como España o Italia.
Otro de los puntos negros durante el mes de abril, ha sido la evolución del precio del petróleo, en el que la caída del consumo y las guerras de oferta (a pesar de los acuerdos de recorte de producción de mediados de mes) han llevado a una presión vendedora que se cobró alguna víctima en el roll-over de los futuros de West Texas de mayo, donde se llegaron a marcar precios negativos, provocando pérdidas en algunos instrumentos especializados en el precio del crudo, como las ETF.
Finalmente, cumpliendo el guion establecido y tal y como hemos ido anticipando, a medida que las curvas de contagio se han ido aplanando, las medidas de confinamiento se van relajando y las sociedades occidentales se preparan para retomar la vuelta a la actividad, justo en el momento en el conoceremos los peores datos macroeconómicos de la historia. Por citar sólo un ejemplo, durante el mes de abril la pérdida de empleo en Estados Unidos será superior a 20 millones de puestos de trabajo, que son aproximadamente los mismos que se han ido creando desde el comienzo de la expansión económica tras la crisis de 2009. Tal es el tamaño y la gravedad de la crisis que afrontamos.
En las próximas semanas, los inversores ponderarán por un lado la normalización de la vida pública y el fin del confinamiento, y por otro lado la capacidad real de la economía para retomar la senda de crecimiento, sin perder de vista cualquier posible repunte de los contagios (segundas oleadas), en una crisis sanitaria que está lejos de tener una solución definitiva.