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Primera bajada de tipos de interés del BCE

Llegan las primeras bajadas de tipos. Totalmente descontadas.

En los últimos días hemos sido testigos de un hecho infrecuente: el Banco Central Europeo se anticipa a la Reserva Federal en un ciclo de bajadas de tipos y recorta en 25 puntos básicos el precio del dinero en Europa.

Es curioso que, en un galimatías de 20 países, el banco central baje tipos unos días antes de las elecciones al parlamento europeo, mientras que muchos analistas políticos y económicos opinan que Jerome Powell no podrá hacer lo mismo en la reunión de la FED para no alterar el devenir de las próximas elecciones presidenciales de noviembre. Quizá no solo sea eso, y las expectativas de crecimiento e inflación sean mucho mayores en EEUU que en Europa, en cualquier caso, y en el punto que nos ocupa, los mercados no se mueven en función de los hechos, sino de las expectativas, y en el caso de Lagarde, la bajada venía telegrafiada desde el mes de marzo.

Lo normal sería que este paso no fuera un evento aislado y que a partir de ahora viéramos un proceso gradual de moderación monetaria, acompañando a la inflación a la baja. Pero en este caso, la extensión y la rapidez del ritmo de bajadas de tipos, eso sí, no está tan claro, y más con revisiones al alza de las expectativas de inflación para los próximos meses. El mercado aventura que habrá nuevas bajadas en septiembre y diciembre, pero no parece que sea un camino cerrado.

Como esta bajada ha sido muy anticipada, los efectos de menor presión de tipos han ido sintiéndose en los últimos meses, gracias a las caídas del Euribor, por lo que los agentes económicos han tenido algo de respiro y las condiciones financieras se han vuelto algo menos restrictivas.  A esto se une un incremento de actividad en la zona euro, donde las sorpresas económicas están girando al alza y las revisiones del PIB también, dejando atrás unos trimestres donde Alemania parecía estar en el borde de la recesión, para esperar crecimientos para el conjunto de la eurozona del 1%. Ayuda también el mayor dinamismo de China, cuyos datos últimamente también están marcando una senda más positiva.

Dejamos para el final a EEUU, donde la situación es menos clara en términos macroeconómicos/políticos pero que sigue disfrutando de un envidiable ecosistema financiero, y sobre todo de unas compañías que siguen publicando buenos resultados y alcanzando nuevos récords de valoración, como Nvidia que alcanza una capitalización bursátil de 3 billones de dólares, superando a Apple como 2º en el ranking de empresas más grandes del mundo.

El problema es que tienen unas cifras de inflación más pegajosas que las europeas, fruto de su mayor dinamismo y crecimiento salarial. Para aquellos que daban por muerta la curva de Phillips en el 2019, la realidad es que ésta ha resucitado y clama venganza y, por tanto, es necesario un menor dinamismo laboral para controlar la inflación. En inglés, el dicho “be careful what you wish for” (ten cuidado con lo que deseas) se podría aplicar en este caso: la debilidad en el mercado laboral podría garantizar bajadas de tipos, pero también de cifras de crecimiento, ventas y resultados empresariales.

Dado que los servicios son los principales generadores de empleo, seguiremos con más atención los vaivenes que estamos viendo últimamente en las encuestas PMI/ISM, que en este último mes de mayo han vuelto a mejorar, poniendo fin a una racha negativa de datos que estaban haciendo mejorar los mercados. Sigue el “Bad news/Good news” de fondo, provocando volatilidad en los mercados, con el tipo a 10 años del treasury como aguja que mueve la brújula en el corto plazo.